HAGAMOS EL AMOR Y NO LA GUERRA

Se apagarán las luces y lloverán estrellas, los ríos se tornarán rojos y un planeta nuevo cruzará el espacio si triunfa Susana Villarán, ironiza Sinesio López en su columna, recordándonos la extraordinaria novela "La Guerra del fin del mundo". Otros seres mas simples, como yo, nos sentimos atraidos por la guerra bufa entre Bayly y Tongo o la guerra de las soñadoras Susy y Lulú en el Gran Show de Gisela. Patricia del Río, como siempre, nos da un jalón de orejas y pone las cosas en su sitio: esta es una guerra idiota, dice. Punto. Yo no la voy a contradecir.













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La guerra idiota
Por Patricia del Río


Está claro que cualquiera sea el resultado de las elecciones municipales, el triunfo habrá sido de todos los limeños. Ambas candidatas, Lourdes Flores y Susana Villarán, son personas trabajadoras, honestas, preocupadas por el bienestar
de los vecinos y con una clara vocación de servicio. Por eso, y aunque parezca paradójico, no es extraño el nivel ridículo de confrontación que está dominando esta última etapa de la campaña electoral. Me explico: al no tener las candidatas grandes puntos flacos, la chaveta viene de lugares absurdos, de argumentos retorcidos y de fantasmas inverosímiles que cierta prensa, algunos asesores de campaña y dizque expertos técnicos se encargan de esparcir entre la opinión pública. Algunas de las sandeces de la semana han sido, por ejemplo, que Lourdes Flores quería manipular encuestas. La sospechosa, pero oportuna, difusión completa de los 'potoaudios’ demostró que, más allá de las palabras del impresentable Xavier Barrón, Flores quería hablar con los responsables de las encuestas para que no le hicieran trampa. Es decir, no buscaba que cambien las cifras a su favor, sino que se respeten los resultados. Escúchenlos acá (http://ir.pe/33b8) si no me creen. A Flores además, le han revivido algunos fantasmas de campañas pasadas: circulan volantes que la sindican como candidata de los ricos (a pesar de que arrastra un interesante voto popular) y la han vuelto a acusar de fujimorista (a pesar de que ella se fajó contra la dictadura).

A Susana Villarán no le ha ido mejor: según “expertos” en economía, su triunfo estaba a punto de espantar la inversión extranjera. Al ex ministro Pedro Pablo Kuczynski no le importó hacer un papelón con tal de meterle miedo a los electores y tuvo que ser desmentido por el presidente Alan García, por los empresarios, y por los mismos inversionistas. Un roche.

Además a Susana se le ha acusado de querer cerrar los hospitales de la Solidaridad (nunca dijo tal cosa), de pretender inundar la ciudad de fumones amantes de la marihuana (ya ha explicado hasta el cansancio que está en contra del consumo de drogas) y, la última que escuché es que se trata de una persona que vulnera la dignidad de las limeños porque está a favor del matrimonio homosexual (sin comentarios).

No sé cuántas tonteras más tengamos que escuchar hasta el 3 de octubre. Si a eso le sumamos los tongos, los bailecitos y cantitos en el programa de Gisela, y las visitas al set de Magaly Medina, la verdad que yo no me atrevería a decir que esta campaña ha sido dominada por la guerra sucia sino por una guerra idiota. Esperemos que, por lo menos, el debate del lunes entre ambas punteras sirva para comparar planes, ideas, capacidad de gestión y estilos.

Publicado el 24/9/2010 en Perú 21