Reproducimos integramente este notable artículo de César Hildebrandt que se publica hoy domingo en el diario "La Primera", donde otra vez aparece la palabra mágica Collique.
Como diría ese antiguo narrador deportivo: Collique, Collique, Collique, Coooooooolliqueeeeeeee!!!
EXTRAÑANDO A ÁLVAREZ RODRICH
La separación de Augusto Álvarez Rodrich del cargo de director de “Perú 21” poco o nada tiene que ver con la labor de limpieza que Francisco Miró Quesada Rada había empezado en diversas secciones del periódico matriz del grupo, es decir “El Comercio”.
Álvarez Rodrich ha sido -nos gustase o no su estilo seco y cuadriculado de brigadier del sentido común- el capitán de una nave exitosa y plural. Una nave que los piratas al servicio de los hermanos Agois cañonearon sin hacerle mella acusándola de llevar exceso de caviar en sus bodegas.
Por las páginas de “Perú 21” han desfilado columnistas de todos los pelajes y el espíritu del periódico ha sido el de un simpatizante socialdemócrata. ¿Tiene algo de malo eso? Por supuesto que no, excepto entre los chicos de la cueva de Altamira, que son los que creen que el capitalismo ha salido “reforzado” de su propia crisis.
Mientras escribo estas líneas me entero de las renuncias a seguir escribiendo en “Perú 21” de los columnistas Fernando Rospigliosi y Nelson Manrique. La verdad es que lo de Rospigliosi era inevitable, dado su papel en el asunto de las grabaciones clandestinas que detonaron la peor crisis política de este régimen. Pero lo del historiador Manrique es pura solidaridad intelectual con Álvarez Rodrich. Y nadie puede decir, sin incurrir en mayúscula injusticia, que el prestigio de Manrique es algo prescindible en un periódico que aspira a ser influyente.
Dudando respecto de su permanencia en el diario también estaba el legendario Heduardo, el pétreo caricaturista de la página 2.
Detrás de esta polvareda no hay un asunto como el que asomó en la “operación escoba” que cambió la Unidad de Investigación de “El Comercio”. Hay, más bien, una pugna ideológica en la que los conservadores del directorio plantean que el Grupo El Comercio dé un paso a la derecha. Y la caída de Álvarez Rodrich se inscribiría en esta línea de creciente intolerancia.
Una cosa es limpiar establos y otra muy diferente es tratar de hacer que “El Comercio” se parezca a “El Mercurio”, que alguna vez fue financiado por la CIA y que ha sido la sentina del fascismo chileno.
Una cosa es deshacerse de quienes habían creado condados personales para fines espúreos y otra muy diferente es darle a Milagros Miró Quesada y a Pepe Graña Miró Quesada (sí, el de Collique y los terrenos subvaluados) el inmenso poder del que ahora parecen disfrutar.
Una cosa es plantear el debate de los petroaudios como un asunto de manual y escuela y otra es convertir a Martha Meier Miró Quesada en la comandante en jefe del miedo. Nos hemos enterado de que en una reunión con la gente de la sección Opinión, Martha Meier, que fue candidata fujimorista a un asiento en el Congreso, insinuó que Absalón Vásquez podría ser un consultor en temas como el de Fonafe. A todos los que la escucharon se les pararon los pelos.
El cambio en “El Comercio” comenzó cargado de promesas. Hoy tiene un semblante bilioso y derechista.
Los nuevos mandamases de “El Comercio” piensan que escorando a la derecha y rebajando las críticas a su mínima expresión serán más fieles a la “tradición” del viejo periódico conservador. Pero una cosa es ser conservador y otra es ser sobón. Y ser sobón para hacer negocios como el del aeródromo de Collique ya no sólo es sospechoso sino que abiertamente indigno. Basta mirar atrás y recordar cómo entendió don Luis Miró Quesada de la Guerra el periodismo y su relación con la publicidad y el poder, basta mirarse en ese espejo, para comprender que Milagros Miró Quesada y Pepe Graña -el amigazo público de Alan García- poco tienen que ver con lo más ilustre de “El Comercio”.
Francisco Miró Quesada Rada es un hombre respetable. Me imagino que no se prestará a ser el hombre de paja de tamaños angurrientos. Más allá de evidentes y notorias discrepancias, mis saludos de colega quince veces defenestrado para Augusto Álvarez Rodrich.
2 comentarios:
Coincidimos este es un buen articulo de Cesar Hildebrant, sereno, sencillo y certero en el blanco, como debe de ser todo buen articulo periodístico.
Estamos de acuerdo tambien, el asunto COLLIQUE, es la avioneta que decola en este gobierno.
Carlos Morales E.
Alan Garcia los remato a una empresa chilena a precio de chacra, cuando cada metro cuadrado debiera cotizarse como el de la zonas urbanas circundantes (precios muy altos). Pero mas que eso, porque quienes donaron esos terrenos dejaron en registros publicos expresamente su deseo, que sean destinados al desarrollo de la aviacion civil, que se creo luego de la guerra de 1941 inmolandose Quiñones, cuyo busto ya se ha removido :S.
ademas, no tenemos rios navegables (solo el amazonas), ni ferrocarriles, ni nada, nos queda la aviacion, que han hecho!!!, es mas si lo vendieron pues no era logico primero buscar un terreno si se argumenta que se trasladarA la infraestuctura a una nueva locacion??? primero los botan luego buscan? que ratas.
no se considero la pista construida en ese tiempo de gran sofisticacion hecha por ingenieros americanos, y que sera removida para construir un centro comercial (basta, acaso debe tener cada esquina un centro comercial?)
otra razon, que no han mencionado nunca, es que en los terrenos siempre han habitado, desde que tengo uso de razon, los huerequeques (o chorlos, chorlitos) yo vivo frente al aeroclub de collique, y por las noches es comun oirlos "llorar". No se si tambien cuente que ahi pasaba mis veranos antes que construyan la barricada de adobe que me impidio por siempre entrar a la acequia con sus cantos rodados que luego termino por secarse con los renacuajos, lagartijas y sapos que habitaban tambien. Ni por las falsas rendijas pude despedirme de esos años pueriles... que ratas.
bueno lo ultimo no creo que sea un buen alegato, aunque para mi seria el principal :P. espero que triunfe la verdad.
Publicar un comentario