Me rindo, la bella periodista Patricia del Río también sale a repartir cachetadas:
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Lo que la cachetada nos dejó
Por Patricia del Río
Que un presidente pierda los papeles y agreda a un ciudadano que lo insultó es noticia. Acá y en la China. Pero, es verdad, que podría haber sido una noticia de esas que se olvidan a los pocos días si el mandatario hubiera salido a ofrecer las disculpas del caso. Total, los presidentes también son seres humanos y pueden tener reacciones violentas. Sobre todo, si se cruzan con sujetos como Richard Gálvez que, vamos, no es ningún héroe sino básicamente un malcriado.
Pero el problema acá ya no es si le cayó o no su cachetada a Richard, o si además de corrupto hubo mentada de madre para el presidente. Los detalles, a estas alturas, son lo de menos. Casi, casi me atrevería a decir que la cachetada es lo de menos, porque en lugar de discutir sobre un acto violento, producto de la personalidad, digamos, intensa del presidente, hemos pasado a ser testigos de una serie de hechos graves, que dan cuenta de la mirada tan cavernícola y autoritaria de quienes tienen poder en nuestro país.
La verdad no esperaba mucho del presidente del Poder Judicial, el doctor Javier Villa Stein. Me hubiera sorprendido verlo condenar la violencia y hacer un llamado a la cordura. Pero eso no ocurrió y echando mano de su conocido estilo, y al grito de “país de maricas” (qué obsesión la de este señor con el tema), nuestra máxima autoridad de la justicia no solo justificó la agresión del presidente, sino que nos invitó a todos a confiar en nuestra fuerza bruta antes que en las leyes cuando se trata de limpiar nuestro mancillado honor. Como los machos, pues, lo demás son mariconadas.
Tampoco ha sido especialmente reveladora la reacción de algunos medios de comunicación. Los más tímidos miraron silbando a otro lado; otros fueron más allá y censuraron sin tapujos a periodistas serios por atreverse a hablar del incidente. Por eso el reportero César Pereyra, y casi todo el equipo de Enemigos Públicos, prefirieron irse a patear latas a la calle antes que aceptar la humillante premisa de que el presidente es intocable. Mis respetos.
Por último está el papel desempeñado por el propio presidente, post incidente cachetada. A su torpe manejo del tema y a las justificaciones matonescas sobre su actuación, le han seguido una serie de acusaciones a la prensa que son peligrosas y casi violatorias de la libertad de expresión.
A ver, ¿de cuándo acá los periodistas tenemos la culpa de que insulten a los políticos? ¿Acaso no hacen suficientes méritos ellos solitos? ¿Y por qué los medios que se han ocupado del tema tienen que dar explicaciones? ¿Qué clase de privilegios está invocando el presidente en sus declaraciones? ¿Alguien puede explicarme en qué país moderno se supone que vivimos si los jueces invocan la fuerza física para resolver problemas y el presidente amenaza a quienes, haciendo su trabajo, informan a la población sobre un incidente buscando todos los puntos de vista de una historia? Mejor ahí lo dejo, no vaya a ser que me caiga un sopapo.
Publicado el 15/10/2010 en Perú 21
7 comentarios:
Señor Heduardo:
1. Sorprende que muchos, si no la mayoría, de peruanos estén de acuerdo con que las cosas hay que arreglarlas a golpes (presidente del Poder Judicial incluído).
2. Sorprende que dos programas periodísticos (Enemigos Públicos y El Francotirador) hayan salido del aire por la misma razón (restricciones a la información) y que "no pase nada", ni aquí ni en el exterior.
3. Sorprende que ante la mentira flagrante, como la del presidente, no exista reacción alguna, cuando por ello mismo cayó un mandatario del Brasil (Collor de Mello) y casi cae Clinton. Y luego dicen que ya somos un país desarrollado.
4. Sorprende la increíble patraña montada por el gobierno de usar a un individuo de la seguridad presidencial para asegurar que las cosas no fueron como fueron.
5. Sorprende la hipocresía y complicidad de ciertos medios con esta felonía.
6. Sorprende qué fácilmente se obliga a la prensa a "autocensurarse" debido a sus "problemas legales". Esta sutil forma de control no ha sido denunciada y es ignorada hábilmente por los organismos internacionales, que solo miran a los países que no les gustan.
Muchas gracias.
De acuerdo excepto en la parte que dice que estuvo mal que los medios masivos se hcieran de la vista gorda. Este incidente no es tan importante como los cuchucientos conflictos que se están cocinando, los contratos de petroleo en la selva, la descomposición de los partidos, y mil etcéteras; lo grave es que la prensa y los comulmnistas simplemente reaccionen y no le den prioridad a esos asuntos.
Basicamente es un valiente. Malcriado seria, si, como todos nosotros nos quedamos callados ante tanta corrupción y nos hacemos los tontos, creo k la madre de este pata merece un reconocimiento, pues su hijo es un "bien criado" porque tuvo las agallas k no tenemos todos, incluido los periodista. Y sin ánimo de ofenderla y mas bien de felicitarla por decir las verdades que dice en este espacio; creo k si usted repitiera esto en la cabina de rpp, seria coherente con su forma de pensar. Quisiera preguntarle el motivo del porque no se expresa asi, tan claramente en rpp? o es k no la dejan hablar, o es k tiene miedo de ser acallada por ese apolillado raul vargas?
Si tuvieramos la mitad de coherencia entre lo k pensamos y lo que decimos seriamos otro pueblo, pero parece k al menos los jovenes cada vez somos mas sinceros y menos hipocritas. Las verdades son iguales en todos lados, callar es permitir y eso es grave cuando se trata de periodistas.
Saludos
Alberto
deserthacker@hotmail.com
me queda claro que la mayoria del equipo de "enemigos intimos" que renuncio, es mucho mas valiente que Patricia del Río.
Muy claras y hermosas las palabras de Patricia del Río, reportera cotidiana de este sitio.
Pero muy lucidas también son sus expresiones finales, debe cuidarse de que no le caiga un sopapo o un cabe en la estrechez de la cabina de RPP, porque ya sabemos, Raul Vargas es todo, menos critico del poder. Y ella debe de cuidarse, allí no puede hacer estos comentarios.
Respeto guardan respeto.
No creo que un ciudadano ("sujeto") con el valor suficiente para decirle al hombre más poderoso del país, sus cuatro verdades en su cara pelada estando rodeado de su ejército de seguridad y una mancha de adulones, sea un "malcriado", como la despampanante Patricia del Río llama a Richard Gálvez.
El 2006 Alan García fue electo con repugnancia, tapándonos la nariz millones de electores peruanos que lo detestaban optaron por el ‘mal menor’, HECHO contundente que fundamentalmente él, algunos pillos y otros ingenuos, lo "olvidan".
Como si la cabeza del pescado podrido de pronto ha dado un excelente chilcano, su ejército de RABONAS, ahora exigen que no sólo hay que reverenciar al ‘potaje’ con unas gotitas de limón, cebollita china y un toque de ají, sino, postularlo como una exquisitez nuestra al Primer Mundo..!
Si, como dice la periodista, el doctor García Pérez representa a la Nación, perfecto, que lo haga como corresponde, que nos represente a cabalidad, con solvencia moral e idoneidad, y no como lo hace, coludido a una corruptela de delincuentes que literalmente se están levantando el país en vilo. ¿O estoy faltando a la verdad..?
Como sabemos, TODOS los hechos de corrupción y crímenes de su gobierno 85-90/ 2006/2010 merced a leguleyos, coimas a la prensa y la escalofriante CORRUPCION en el Poder Judicial, no han alcanzado la justicia deseada. ¿Esto significa "inocencia"..?
Si el señor García Pérez no se respeta así mismo, no ha respetado ni respeta a la madre de sus hijos, a quien luego de engañar en adulterio, humilla parándola al costado para él alagar a otra dama de "altas cualidades"; menos respeta a Patricia del Río, ni a mi tampoco. Como tampoco respeta al país cuando dice que él puede impedir que la voluntad del electorado se respete colocando a un impostor en Palacio de gobierno porque le da la gana.
La formalidad de bajar la cerviz porque es el "presidente", que la asuman los pusilánimes y los sumisos al "orden", cualquiera que éste sea: Los peruanos que nos respetamos así mismo, respetamos a quien nos respeta, y no le debemos respeto a quien no lo merece. Así de sencillo.
Ese señor como a mi no me respeta, no le guardo respeto alguno. Al valiente muchacho Richard Gálvez, le guardo gran estima y respeto, porque supo decirle en su cara a García Pérez, lo que millones de peruanos de corazón quisiéramos hacer.
Cándido
k se puede esperar de un presidente k tiene un pasado nada claro
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