Las olas comunes son generadas por los vientos que existen mar adentro y son bastante pequeñas si las comparamos con las olas de un tsunami. En el océano abierto, las olas del tsunami pueden llegar a tener hasta 100 kilómetros de largo y se desplazan a una velocidad aproximada de 700 km. por hora. A medida que el tsunami se acerca a la costa, y a sus aguas poco profundas, las olas desaceleran y pueden alcanzar alturas de hasta 30 metros.
De esta manera la ola de un tsunami va cambiando de forma a medida que avanza hacia la costa menos profunda.
Para que un terremoto origine un tsunami, el fondo marino debe ser movido abruptamente en sentido vertical, impulsando una enorme masa de agua fuera de su equilibrio normal. Cuando esta inmensa masa oceánica trata de recuperar su equilibrio, se generan las olas. El tamaño del tsunami estará determinado por la magnitud de la deformación vertical del fondo marino. No todos los terremotos generan tsunamis, sino sólo aquellos de intensidad considerable que ocurren bajo el lecho marino y que son capaces de deformarlo.
Si bien cualquier océano puede experimentar un tsunami, es más frecuente que estos ocurran en el Océano Pacífico, en cuyas márgenes se dan los terremotos de mayor magnitud (las costas de Chile, Perú y Japón). El tipo de falla entre las placas de Nazca y Sudamericana, donde una placa se va deslizando bajo la otra, hacen más propicia la deformidad del fondo marino y por ende los tsunamis.
El término tsunami proviene del idioma japonés (tsu: puerto o bahía y nami: ola) y su pronunciación correcta es tsuu-NA-mii. Cuando el tsunami venga hacia ti, no debes decir "¡Oh Dios, el tsunami!" sino "¡Oh Dios, el tsuu-NA-mii!", y correr en busca de las partes altas.
1 comentario:
yo toy mas preocupado por el tsUUUnami de universitario de deportes :S
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