Patricia del Río incursiona en la gastronomía y Raúl Vargas con su "Divina comida" deberán ser desplazados a la categoría de Don Pedrito. Cusí cusá, Patricia ya está acá.
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Arroz con concha
Por Patricia del Río
No fui a Mistura. Y no porque no me guste la comida peruana, o no me asombre el trabajazo de Gastón Acurio, o considere que veinte soles por la entrada al festival gastronómico era demasiado caro. Nada de eso. No fui, simplemente, porque no soy amiga de las colas, les huyo a las aglomeraciones de gente y prefiero comer cómodamente sentada en un restaurante. Por eso me impresiona que tanta gente, que decidió asistir voluntariamente a un evento masivo en el que sabían, más o menos, con lo que se iban a encontrar, se queje de haber esperado mucho por un plato de comida, o de haber pagado veinte soles para entrar, o del precio y del tamaño de las porciones. Los que se fueron con la barriga llena y el corazón contento son más por supuesto, pero no han faltado los rajones dispuestos a destruir lo que, a todas luces, ha sido uno de los eventos culturales y sociales más importantes de los últimos tiempos. Y no creo exagerar.
Gastón Acurio es uno de esos peruanos, como Mario Vargas Llosa, a los que les gusta comerse el pleito. Cuando llegó de París con su cartón de gran cocinero bajo el brazo, pudo haberse dedicado a administrar restaurantes y volverse simplemente millonario. Pero ya sabemos que eso no fue lo que eligió. Con visión empresarial, pero también con una visión moderna de lo que puede ser el Perú, Gastón se propuso hacer de la comida peruana un sello de calidad e identidad con el que pudiéramos ser reconocidos en el exterior y, sobre todo, en un elemento que ayudara a los peruanos a reconocernos como iguales, como parte de una nación. Vamos, la idea es genial y, definitivamente, ha calado. Qué mejor que un lomo saltado o un cebiche para sentirnos todos hermanos, aunque sea por el tiempo que demore devorar el plato.
Por eso, a Mistura asistieron más de 400 mil almas. No solo a comer, sino a sentirse más orgullosos de pertenecer a esta hermosa tierra del sol. Algunos de los criticones de siempre regañan porque la comida no califica para ser el gran cohesionador de identidad cultural que el Perú necesita. ¿Y por qué no? ¿Hay algo más italiano que la pasta o más japonés que el sushi? ¿Por qué si otros países desarrollados se han ocupado de reunirse alrededor de su culinaria, nosotros tendríamos que buscar referentes más sofisticados y elaborados?
Las críticas constructivas siempre son importantes para que un evento mejore. Gastón las debe apreciar. Pero, si insistimos en destruir todo intento desinteresado de construir un futuro y un país mejor para nuestros hijos, acabaremos sumidos otra vez en ideologías extremistas que consideran que la única forma de arreglar las cosas en el Perú es destruyendo todo lo que ya existe. Sin ánimo de ofender a nadie, 'tirar arroz’ es sinónimo de ningunear. Hay que tener con… cha para hacerlo desde la cómoda silla del que todo critica y no hace nada.
Publicado el 2/10/2009 en Perú 21
OTROS POTAJES:
Reflexiones a partir de Mistura - Eduardo Villanueva
El gran proyecto de la cocina - Luis Felipe Gamarra
Entrevista a Gastón Acurio - Café Taipá
El combo y los ventrales - Rodrigo Núñez Carvallo
La tragadera criollenta - Rodolfo Ybarra
Y un bocadito para completar el menú: José Carlos Mariátegui en un restaurant genovés, en 1920 ¿Mistura mariateguista o Mariátegui ventral? (Foto tomada del blog Puente aéreo)
6 comentarios:
Gonzalez Prada en su artículo "Nuestros Ventrales" incluido en su libro "Horas de Lucha", escrito hace casi un siglo, dijo lo siguiente:
"Refieren que en la época del Virreinato un personaje de Madrid, departiendo sobre cosas de América con un recién llegado de Ultramar, tuvo la ocurrencia de preguntarle. Qué harán ahora en Lima?. Repicar y quemar cohetes, respondió el ultramarino, dando señales de conocer a los limeños de entonces. Si hoy, en alguna parte del Globo nos dirigieran la misma interrogación, nosotros no vacilaríamos en contestar: lo que en Lima hacen ahora es comer."
No hemos cambiado mucho, verdad?.
Y Patricia exagera cuando da a entender que el que no quiere subirse al coche del boom gastronómico quiere destruir y sumirse en ideologías extremistas. Lamentablemente hay personas, como Patricia, que piensan que disentir y no participar en su fiesta es sinónimo de "ser extremista", cosa totalmente absurda.
Y Raul Vargas es un estómago ambulante, Gonzalez Prada también escribió sobre este tipo de personaje: "Abundan hombres que teniendo una copa de vino y un churrasco, viven dichosos (...)Bien atiborrados ellos, todo anda perfectamente; mal comidos, todo va de mal en peor."
Blurp!...perdón
En primerísimo lugar, Patricia del Río está como quiere.
Bien por Gastón, inteligente y asertivo. Es aleccionador que se reconozca como cocinero, y no se diga "cheff" como tantos huachafos les dicen a muchos señoritos metidos en el negocio.
OE SI, QUE RICA LA PATTY DEL RIVER....MMMMMMMMMMMMM
lo único que demuestra FULANO es que nuestra comida es una tradición que también existía en la República decimonónica y que Gonzáles Prada es el refugio de los criticones que no pueden producir nada nuevo :)
qué guapa patty del río
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