MAGALY, MAGALY, MAGALY...















¿A qué Magaly Medina veremos a partir del lunes? ¿A la que intentaba hacer periodismo de espectáculos desde la revista Oiga o a la que se olvidó del periodismo para convertirse ella misma en un espectáculo?















La verdad es que me importa un comino lo que haga la señora Magaly, pero César Hildebrandt y el Malapalabrero empiezan el año escribiendo sobre ella y la mayoría de peruanos se alistan para convertirla otra vez en personaje del año.
Parece que será imposible ignorar a Magaly, la cortina de humo favorita del Presidente García.















El Director de la revista Oiga, Francisco Igartua, detestaba aparecer en televisión. Alguna vez Magaly Medina formó parte de un equipo donde se hacía verdadero periodismo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy triste; el Poder Judicial ha claudicado. El Poder Ejecutivo ha metido sus narices, mirando hacia el 2011; y el Poder Electoral, pronto recibirá las planillas con firmas para que Magaly sea presidenta. El Poder Legislativo no se quedará atrás y saldrá con una moción de saludo por la libertad obtenida y el respeto a la "libertad" de expresión; y el Poder Mediático, volverá a comer bife a lo pobre gracias a los rebotes de la señora.

Estoy triste. La delincuente sale de prisión y ahora solo va a firmar los cuadernillos del Poder Judicial. Carcajadas de por medio, amenaza con represalias de mayor poder, amparada por un canal de extranjeros que usa las ondas del espectro televisivo peruano como si fuera papel higiénico.

A muchos "periodistas" se les mojaron los pañuelos cuando la señora estaba entre rejas; el Búho del Trome incluído; Alan, cuándo no; el IPYS, vaya vaya. O sea, el otorongo les quedó como un lindo gatito a estas fierazas autodenominadas periodistas.

Ví la señal de la victoria en manos de la señora Medina. ¿Victoria de qué, si le han dado más cárcel de la que tenía. ¿O es que sus escasas neuronas no le permiten entender esto? Y encima, dicen que ha celebrado. Eso es, pues, lo que ha logrado nuestro Poder Judicial, a tanto el kilo de Juez, que ahora la delincuente, condenada por difamación agravada, celebre a todo dar, su "travesura". Logró lo que quería: prisión condicional. Total ir a firmar no le cuesta nada. Esa es la justicia peruana. ¡Cómo no somos de Ilave, caracas, para acabar con esa corrupción de una vez por todas!

Anónimo dijo...

La corrupción pasa a un conveniente discreto lugar, el juicio a Fujimori, idem. La crisis económica "nos encuentra blindados". Los cientos de conflictos registrados por la Defensoría del Pueblo son una fábula.
La señora-espectáculo seguirá enseñando los dientes para beneplácito de la platea, ATV y la nueva radio del Grupo RPP y su "estrella" capital.

Ocasión de revisar los consejos de
Goebbles sobre propaganda:

"Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan"

Y a propósito de la "personaje del d(año, el Principio 11 del citado ministro:

"Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente de que piensa 'como todo el mundo', creando una falsa impresión de unanimidad"

Sin embargo, se puede distraer a muchos mucho tiempo pero no a todos, todo el tiempo.

Anónimo dijo...

EDITORIAL – “EN TORNO A LA ACTUALIDAD” – por Francisco Igartua – Oiga 16/08/68

ENTRISTECIDOS, hasta desesperanzados, por lo que ocurre en estos días a nuestro alrededor, hemos caído, como otras muchas veces, en la lectura de don Miguel de Unamuno. En su Don Quijote y Sancho. Y del prólogo hemos entresacado estas frases que mucho más tienen que ver con la vida íntima del Perú actual que con los acontecimientos parlamentarios y políticos que nos rodean. Dice Unamuno:

"Esto es una miseria, una completa miseria. A nadie le importa nada de nada. Y cuando alguno trata de agitar aisladamente" este o aquel problema, una u otra cuestión, se lo atribuyen o a negocio o a afán de notoriedad y ansia de singularizarse... Si uno denuncia un abuso, persigue la injusticia, fustiga la ramplonería, se preguntan los esclavos: ¿Qué irá buscando en eso? ¿A qué aspira? Unas veces creen y dicen que lo hace para que le tapen la boca con oro; otras, que por ruines sentimientos y bajas pasiones de vengativo o envidioso; otras, que lo hace por divertirse, por pasar el tiempo, por deporte. ¡Lástima grande que a tan pocos les dé por deportes semejantes!".

"Fíjate y observa. Ante un acto cualquiera de generosidad, de heroísmo, de locura, a todos esos estúpidos bachilleres, curas y barberos de hoy no se les ocurre sino preguntarse: ¿Por, qué lo hará? Y en cuanto creen haber descubierto la razón del acto -sea o no lo que ellos suponen- se dicen: ¡Bah!, lo ha hecho por esto o por lo otro. En cuanto una cosa tiene razón de ser y ellos la conocen, perdió todo su valor la cosa. Para eso les sirve la lógica, la cochina lógica".

"Comprender es perdonar, se ha dicho. Y esos miserables necesitan como aprender para perdonar el que se les humille, el que con hechos o palabras se les eche en cara su miseria, sin hablartes de ella".

"...creo que se puede intentar la santa cruzada de ir a rescatar el sepulcro de Don Quijote del poder de los bachilleres, curas, barberos, duques y canónigos que lo tienen ocupado…"

"Defenderán, es natural, su usurpación, y tratarán de probar con muchas y muy estudiadas razones que la guardia y custodia del sepulcro les corresponde. Lo guardan para que el caballero no resucite".

"A estas razones hay que contestar con insultos, con pedradas, con gritos de pasión, con botes de lanza. No hay que razonar con ellos. Si tratas de razonar frente a sus razones, estás perdido".

"Y no me preguntes más... me haces que saque del fondo de mi alma dolorida las visiones sin razón, los conceptos sin lógica, las cosas que ni yo se qué quieren decir, ni menos quiero ponerme a averiguarlo".

"Una vez, ¿te acuerdas?, vimos a ocho o diez mozos reunirse y seguir a uno que les decía ¡Vamos a hacer una barbaridad!'. Y eso es lo que tú y yo anhelamos: que el pueblo se apiñe, y gritando ¡Vamos a hacer una barbaridad!', se pongan en marcha. Y si algún bachiller, algún barbero, algún cura, algún canónigo O algún duque les detuviese para decirles: ¡Hijos míos!', está bien; os veo henchidos de heroísmo, llenos de santa indignación; también yo voy con vosotros; pero antes de ir todos, y yo con vosotros, a hacer esa barbaridad, ¿no os parece que debíamos ponernos de acuerdo respecto a la barbaridad que vamos a hacer? ¡,Qué barbaridad va a ser esa? Y si alguno de esos malandrines que he dicho os detuviese para decirles tal cosa, deberían derribarle al punto y pasar todos sobre él, pisoteándole, y ya empezaba la heroica barbaridad".

"¡Poneos en marcha! ¿Qué adónde vais? La estrella os lo dirá: ¡Al sepulcro!'. ¿Qué vamos a hacer en el camino mientras marchamos? ¿Qué? ¡Luchar! Luchar, y ¿cómo?".
"¿Cómo? ¿Tropezáis con uno que miente? Gritadle a la cara: ¡Mentira!', y ¡adelante! ¿Tropezáis con uno que roba? Gritadle: '¡Ladrón!', y ¡adelante! ¿Tropezáis con uno que dice tonterías a quien oye toda una muchedumbre con la boca abierta? Gritadle: ¡Estúpidos!', y ¡adelante!: ¡Adelante siempre!".