PERIODISTAS, Y NO VELETAS

La Columna de Raúl Tola en La República (24/4/2011)
















Por Raúl Tola


Patricia Montero es una profesional seria, responsable y talentosa, que hasta hace muy pocos días cumplía funciones como productora general de Canal N. Junto con su equipo de trabajo, fue la principal responsable de sacar adelante en el último tiempo a este pequeño pero significativo canal de noticias por cable, crucial en el desvelamiento de los excesos dictatoriales y cleptómanos del gobierno de Alberto Fujimori. Para compensar la falta de recursos económicos y logísticos a su disposición, supo aplicar un sistema de trabajo que combinaba mucha creatividad y una dosis heroica de sacrificio y mística grupal. En el mundo del periodismo peruano, nadie ha hecho tanto con tan poco.

En contra de cualquier lógica, el miércoles de la semana que se va, Patricia, a quien conozco desde que formábamos parte de la hornada de jóvenes que dio vida a las primeras transmisiones de Canal N, fue despedida. En vez de un premio por todos estos años de lucha contra la adversidad, ejerciendo un periodismo limpio y plural, los directivos del diario El Comercio, dueño de la mayoría accionaria de América Televisión y Canal N, decidieron retribuirle con un portazo en la cara.

¿Por qué actuaron de esta manera? Según la explicación oficial, porque han decidido contar con periodistas de su confianza en puestos claves. Difícil creerlo justo ahora, en plena segunda vuelta electoral, luego de que Patricia se desempeñara por ocho largos años como productora general. Yo me inclino más bien por aquello que le sugirió el funcionario que formalizó su despido: que era «por el bien del país». Dicho sea de otro modo, y en palabras del Instituto Prensa y Sociedad: «por la decisión del Grupo El Comercio de disciplinar a sus medios para apoyar informativamente la campaña de Keiko Fujimori».

¿Cómo debemos interpretar este despido quienes todavía trabajamos en Canal N o América Televisión? ¿A partir de ahora, cada vez que propalemos una noticia deberemos hacerlo tomando en cuenta lo que los propietarios consideran «el bien del país», es decir la candidatura de Fuerza 2011? ¿Acaso no es nuestra obligación informar sin consideraciones de esta naturaleza, respondiendo solo a nuestras conciencias, a los principios rectores de la profesión, a los lectores y televidentes, y no a intereses subordinados? ¿Qué autoridad tiene el periodismo para escardar el trigo de la paja, distinguir el remedio de la enfermedad, decidir qué conviene mostrar y qué no? Ninguna, está claro. Decir lo contrario sería un acto de soberbia colosal o, lo que es peor, asumir un papel penoso: el de publicista de una alternativa política conveniente, que deja el periodismo para tiempos más amables.
Todo lo dicho hasta aquí es alarmante y no puede ser tolerado. Cuando un periodista informa debe propender a la objetividad, a presentar, dentro de las limitaciones del ser humano, el retrato más fiel de la realidad. ¿Qué habría pasado si el director y la dueña del Washington Post, Ben Bradlee y Katherine Graham, hubieran manejado la misma concepción instrumental del periodismo que ocasionó la salida de Patricia Montero? ¿Habrían autorizado que Bob Woodward y Carl Bernstein hurgaran en el escándalo de Watergate hasta generar la tremenda crisis política que siguió a la renuncia de Richard Nixon a la presidencia de los Estados Unidos, en 1974? ¿Se habría animado Canal N en el 2000 a publicar el video donde se veía a Vladimiro Montesinos sobornando a Alberto Kouri por encargo del presidente Fujimori, para hacerlo cambiar de bancada y obtener la mayoría en el Congreso?

Trabajo como periodista hace 18 años, 12 de ellos en televisión. En todo este tiempo he aprendido que para un hombre de prensa no hay peor infección que la autocensura, y que las amenazas más difíciles de capear provienen del interior de los propios medios, y no de afuera. También que en los momentos cruciales de la historia, cuando la continuidad democrática se ve amenazada por tentaciones autoritarias, el simple ejercicio de la información, transparente y sin adjetivos, es una apuesta radical.

La propuesta sobre medios de comunicación del plan de gobierno de Ollanta Humala, que he criticado y criticaré cuantas veces haga falta, parte de un error: asume que la libertad de expresión debe subordinarse a los intereses de la nación. Es un contrasentido bastante evidente: ¿cómo podemos hablar de libertad si a veces, en nombre de un bien superior −la patria− conviene callar y hasta manipular la noticia? Ningún periodista serio y honesto podría suscribir esta ideología, que tanto ha servido a autócratas como Hugo Chávez en la domesticación de ese incómodo fiscalizador que es la prensa independiente.

Por eso hacen muy mal quienes, preocupados por las amenazas de turno, callan y hacen callar. Porque para protegerse incurren en los mismos abusos que tanto temen. ¿Con qué autoridad podrán luego criticar a Ollanta Humala, si este efectivamente sale elegido, y opta por el camino de la censura y el amedrentamiento? ¿Y si la elegida es más bien Keiko Fujimori? ¿Habrá espacio para la crítica, o solo para la amable convivencia? ¿Qué pensará la ciudadanía de un medio que juega y esconde la carta de la libertad de expresión de acuerdo a los devaneos de la coyuntura, y no muestra una línea de conducta proba y coherente?

Como muchos colegas de Canal N y América Televisión, pienso que el silencio no es una alternativa. Hay que seguir hablando claro, mientras se pueda. Para eso somos periodistas, y no veletas.















ENLACES:
Retorno a la dictadura, no - Mario Vargas Llosa
Vargas Llosa apela a la fe - Federico Salazar
El opio de los dominantes - Jorge Bruce
No votaré por Fujimori - Pedro Salinas
Periodismo con kimono - A. Álvarez Rodrich
La ameNaza faNtasma - Marco Sifuentes
Su pasado lo condena - Fritz Du Bois
Eppur si muove - Ricardo Vásquez Kunze
El Mal Absoluto - Jaime Bayly

6 comentarios:

Pedro Tierra dijo...

¿Cuántos días más le quedarán en AMERICA TV al honesto periodista Raúl Tola?

EL COMERCIO tiene una visión corporativa del periodismo. Decide lo que es bueno o malo informar en función de lo que es bueno y malo para los intereses de GRAÑA & MONTERO, LAN CHILE y otros intreses por el estilo con asiento en el directorio.

"Pepe" Graña (amiguísimo del cerdo García, según autoconfesión de este en el CADE 2008) jámás de los jamases permitiría que dedes El Comercio se atentáse contra sus suculentos negocios tipo "Estadio Nacional", "Colegios Emblemáticos, "Terreno de Collique", "Transoceánica" y así...donde sin licitación alguna, ni control de la Contraloría se levanta, previa tajada ya saben a quién, 10 veces más de lo presupuestado, así el Estadio Nacional pasó de 25 millones a 222 millones pagados hasta ahora.

Sonia Luz Carrillo dijo...

Digna actitud. Dios quiera que estas manifestaciones de entereza se multipliquen entre los auténticos comunicadores. Pese a la gravedad, este puede ser un buen momento.

Carlos Morales dijo...

Bueno no hay mal que por bien no venga, reza el refrán. Pues bien, por este hecho y otros que vendrán nos enteramos que la libertad de prensa tan cacareada no existe, no al menos para el grupo EL COMERCIO, tan cuidadoso de sus intereses privados, y que chocan en el día a día con los intereses nacionales.
La protesta ya esta en marcha, ahora esperamos la protesta del pueblo a estas y otras agresiones, y va ser una respuesta democrática y legal: VOTAR POR HUMALA.

Necia dijo...

alan se dio el lujo de aprobar entre gallos y medianoche la ley que da luz verde a los transgenicos, y donde es que se ha publicado? a excepcion de la primera, ningun otro medio lo ha mencionado, haciendonos creer que el sunto aun esta en debate

pues si, maria luz, este puede ser el momento a pesar de la gravedad, para que los periodistas se decidan a serlo cabalmente o quedar reducidos a veletas. tiene huevos el tola

Anónimo dijo...

Que bueno Tola, aunque un poco tardio, esperemos que no te voten.
Cuando la política se mescla con los intereses personales, se convierte en cloaca. Cuando el periodismo se mescla con los intereses economicos, se convierte en cloaca. Yo creo que el despido obedece al articulo de patricia en el diario Peru21 "Malditos Egoistas", cuando denuncia el "rascismo aberrante de los mas acomodados, cuando denuncia como a los pocos meses, pasado el miedo de las anteriores elecciones, los privilegiados de siempre olvidaron sus promesas". Quien dijo del periodismo "El más vil de los oficios o las mas noble de las profesiones"???. Los dueños de "El comercio se olvidan de que existe el internet y todo su imperio periodistico se puede ir abajo, por que ya nadie les creerá??.
Es increible la miopia de una derecha cavernaria, no han aprendido nada y más bien solo le dan más votos a Humala. Lo digo con mucha pena, por que yo tambien estoy en contra de Humala.
Que le queda a la gente?, leer peridicos parametrados con intereses políticos o con posiciones ideológicas extremistas???. Que triste.

Anónimo dijo...

Grande Raúl Tola,ojalá muchos otros periodistas sigan tu ejemplo,aunque es mucho pedir.Por ejm,jamás esperemos una actitud honesta de Mónica,Aldo,etc