MADE IN PERÚ

Por primera vez podremos elegir entre el Mal Mayor y el Mal Mayor. Lindos somos.

6 comentarios:

l0bi70 dijo...

RIP

LuchinG dijo...

¿Cáncer o Sida? Pucha, no puede ser, la cirrosis o el síndrome de Down ya eran bastante malos...

CésarZV HELLRIDER dijo...

Almenos no podemos negar que somos ingeniosos

Anónimo dijo...

Ollanta se la lleva facil en primera. y en la segunda con dificultad pero se la lleva. ya basta de la misma gente. corrupta.

si no ponemos el el pare a la corrupcion de nada vale el crecimiento economico.

Luis Enrique Alvizuri dijo...

Señor Heduardo:

EISHA ERA UNA FIESTA

1. Eisha era una fiesta. Durante 20 años los altos precios de los metales, como lo fue durante el guano y el caucho permitieron que las clases ricas del Perú multiplicaran por diez sus dineros y pudieran gozar a plenitud de esta "prosperidad falaz".

2. Incluso la mayoría se apresuró a obtener las nacionalidades de sus ancestros con lo que casi no quedó peruano del segmento A que no viajara con su pasaporte extranjero (librándose así del maltrato natural que todo peruano recibe por el solo hecho de serlo).

3. Y por si fuera poco todas las familias poderosas se empleaban entre sí colocando además a muchos de sus parientes como asesores de viceministros recibiendo tanto los sueldos del Estado como los del PNUD (que son el doble).

4. Como consecuencia de este exceso de ingresos hubo necesidad de gastarlos y disfrutarlos con lo que nació el “boom” de la gastronomía y de la buena bebida. Los restaurantes de lujo proliferaron por todas partes así como la carrera de chef entre los jóvenes. Los artistas internacionales, con la desaparición de los impuestos (recordando mucho al pan y circo romano), llegaron a montones produciendo la sensación de bienestar y de diversión sin límites.

5. Y por si fuera poco algunos personajes de esta gran familia se hicieron famosos como nunca en el cine, el deporte y hasta, finalmente, el hijo predilecto obtuvo el tan codiciado Nobel. ¿Se podía pedir algo más? Imposible. Esto no se podía parar.

6. Pero al igual que en Egipto, Túnez y Libia las prosperidades falaces que dan los sistemas neoliberales aplicados en países tercermundistas tienden a agudizar las contradicciones y a exacerbar al pueblo. Por último ya no importa qué buen sueldo gane la gente (que no es poco) sino el ver que los de arriba reciben y derrochan infinitamente más que los de abajo. Se trata entonces de esa terrible situación que mueve a todas las revoluciones de la historia: la injusticia.

7. Y quizá eso sea lo que esté pasando aquí. Veinte años después del shock y de los ajustes "necesarios" la mayoría ve a los veraneantes del Sur engordar de placer mientras que el resto del país aún sigue a la espera del "chorreo". Es más, ni siquiera fueron capaces de levantar "el próspero sur chico" supuestamente lleno de las más grandes agroexportadoras de la historia del Perú.

8. De modo que quién sabe si la fiesta esté acabando. La orquesta ya se cansó, el trago se agotó, llegó la madrugada y los invitados se encuentran agotados de tanto reír y bailar. Ahora todo eso hay que pagarlo pues no hay fiesta que no tenga un costo y que no termine. Nada es para siempre. Y en especial toda prosperidad falaz, de esas que dicen "estamos avanzando" pero con las que nunca se sale de la orilla.

Muchas gracias.

Carlos Morales dijo...

Como les va quedando el ojo a la buena gente del Comer$io y la conifep.

Con razón los pedidos, demandas de "pactos", "unidad", je,je, esta pobre gente no tiene pierde.