EL TEMA DE MODA

DJ Gaddafi


Contratos: Embajada de Venezuela en el Perú (incluye humo)

1 comentario:

Luis Enrique Alvizuri dijo...

Señor Heduardo:

1. Pero no hay que olvidar lo importante: que durante 42 años este señor ha sido un fiel socio y exportador de petróleo a Europa y Estados Unidos, amigo de todos los gobiernos y protegido por la prensa internacional, la que ha apañado y tapado todos sus abusos y tropelías.

2. Es más, pocos saben que hasta hace unos meses el poderoso y determinante FMI FELICITÓ a Libia por su "excelente manejo macroeconómico" (¿algún parecido con Perú?) que le permitió manejar las finanzas como ningún otro país. Prueba de este orden y bonanza es que UN MILLÓN Y MEDIO DE EXTRANJEROS trabajaba en Libia, nación que solo tiene seis. O sea, de cada tres habitantes, uno era un extranjero ganando dinero gracias a la "próspera y bien manejada" Libia.

3. De modo que el doble discurso de Occidente (la de "el buen dictador o el mal dictador", la del "es un hijo de puta pero es MI hijo de puta") es pura bullsheat, como dicen los gringos. Recién ahora se dan cuenta que su "amigo" era, efectivamente, un dictador. ¿Pero no han visto que también lo son sus otros países "amigos" y modelos de economía perfecta como Arabia Saudí, Bahrein, Omán, los Emiratos Árabes y etc.?

4. Lo que pasa es que están esperando a que sus pueblos (que tienen los más altos índices de ingreso per cápita) se levanten en revolución para "darse cuenta" que allí habían dictaduras. Pobres occidentales: su cerebro es tan pequeño que tienen que esperar una guerra civil para entender algo tan obvio.

5. Pero lo más importante, amigo Heduardo, es la moraleja que se extrae de todo esto: que estas revoluciones árabes no son económicas (pues muchos de estos pueblos disfrutan de un ingreso fuera de toda imaginación) sino de fondo, de sistema, ya que se están rebelando contra un sistema que permite que unos pocos tengan la mayor parte de la riqueza y tomen todas las decisiones. Eso es una verdadera revolución, un cambio en las reglas de juego, un cambio de sistema.

6. Y a eso es a lo que le temen las grandes corporaciones que dirigen al mundo. Y el contagio es muy peligroso; si no vea lo que está pasando ahora mismo en el propio Estados Unidos (Wiscosin) en donde la gente ha entendido el mensaje: si quieres cambios en el gobierno, en la sociedad, en el sistema, sal a la calle y reúnete en la plaza. En pocas palabras, un fantasma recorre el planeta: la gente común que despierta.

Muchas gracias.