ESOS DÍAS

La siempre trome columna de Patricia del Río















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Días R
Por Patricia del Río


Los políticos se ponen en las campañas electorales peor que las mujeres cuando estamos con la regla (me disculparán la incorrección): todo les molesta, todo les irrita, están supersensibles y nos quieren hacer creer que cualquier cuestionamiento a sus gestiones, o a su desempeño como candidatos, es culpa de una guerra sucia. En lugar de ser consecuentes con su condición de personas que quieren ser elegidas por el voto popular, y que por lo tanto tienen que estar dispuestas a actuar con toda transparencia, se hacen las víctimas, mandan a sus escuderos a defenderlos y no explican ni michi.

Así, Castañeda quiere hacernos creer que el escandalazo de Comunicore es una patraña urdida en su contra; Toledo, que no puede más con su frivolidad, le echa la culpa a la prensa de su naufragio en Punta Sal; para Keiko Fujimori cualquier pregunta incómoda sobre el gobierno de su padre es producto del odio y la inquina, Rodríguez Cuadros le ladra a quien le recuerde que vivió en una carísima residencia cuando era embajador en Suiza, PPK se espanta de que lo tilden de gringo como si no hubiera jurado ante la Constitución norteamericana, y ahora resulta que la identificación de Ollanta Humala con Hugo Chávez es culpa de los titulares y no de la ambigua posición que él siempre ha mantenido en este tema.

Los únicos que hasta ahora no han levantado la bandera de la guerra sucia son los apristas, porque claro, se machetean tanto entre ellos, que con compañeros así ya para qué necesitan enemigos.

Lo cierto es que más allá de la seriedad de las denuncias, los candidatos parecieran olvidar que este es el momento en que tienen que estar dispuestos a aclararlo todo.

Es ahora cuando tienen que contestar con paciencia, y con su mejor sonrisa, a todas las inquietudes de los ciudadanos. ¿Tiene derecho el periodismo a señalar que un cercano colaborador de Castañeda no cumple con sus obligaciones como padre? Sí. ¿Es pertinente denunciar que la congresista Cajahuanca aparentemente habría contratado personal fantasma? Por supuesto que sí. ¿Es válido cuestionar las gestiones de PPK y Meche Aráoz como ministros de Economía en distintos gobiernos? Ahora más que nunca. ¿Debemos preguntarnos qué pretenden los familiares de Toledo? Obvio.

Tal vez las denuncias y cuestionamientos no siempre versarán sobre aspectos fundamentales, peeeeeeeeero (y este es el punto) si hoy que son candidatos, se comportan con altanería y soberbia, se escudan en el argumento fácil de la guerra sucia, se hacen los que están en sus días R de regla, espérense a que lleguen a presidentes y en lugar de haber elegido a un gobernante tendremos a un tiranuelo prepotente, con aires de rey, sin ninguna disposición a dar explicaciones.

Publicado el 13/1/2011 en Perú 21

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